lunes, 22 de diciembre de 2008

Porque sí

Hace unos meses me sentaba delante de una hoja y escribía. No importaba qué, yo escribía. Los temas salían solos, a medida que las palabras fluían. De mi cabeza a mis manos y de mis manos a al papel. Era sencillo, se había convertido en una terapia que no fallaba nunca. A veces costaba encontrar una palabra, terminar de redondear una idea, pero siempre terminaba saliendo. A veces al releer me daba cuenta de que no estaba expresando realmente lo que buscaba expresar, pero bastaba con tachar o garabatear alguna flechita o asterisco. A veces, simplemente me arrepentía y era cuestión de arrancar la hoja, hacerla un bollo y tirarla a la basura; a otra cosa, mariposa.
Ahora no. Ya no es lo mismo. Cada tanto me pregunto si será que no tengo de qué escribir.
Yo creo que sí tengo, que los motivos me sobran. No entiendo qué es lo que pasó. De un momento para otro, ya no escribía más.
Hubo muchos cambios en mi vida en este último tiempo. Con último tiempo me refiero a los 4 o 5 meses que pasaron de agosto hasta ahora. Una profesora de Historia que tuve, de la que nunca me voy a olvidar, me enseñó que una revolución es algo así como un cambio de 180 grados. Yo a este año, lo definiría como una revolución dentro de mi vida. Podría decir que marcó un antes y un después.
Está bien que, teniendo vividos solamente 17 años, no es muy difícil. Pero bueno, no vamos a andar subestimando, ya es suficiente con lo que nos subestiman los de afuera (sobre todo los adultos, que llegan a subestimarnos al punto de hacerme pensar que nunca fueron adolescentes, o que si lo fueron, eran unos idiotas totales). El punto es que, sin entrar en mucho detalle para no aburrir a nadie, puedo asegurar que este es un año para recordar, más allá de terminar la secundaria y todos los acontecimientos que eso implica. Simplemente me marcó, supongo que más que lo que marca a una persona común y corriente su 5to y último año.
Me pregunto si será por eso que no escribí tanto. ¿Qué tiene que ver? preguntarán muchos. Yo también me lo pregunto. Pero la respuesta parece ser más sencilla de lo que pensaba. Sin dar demasiadas vueltas, me salen dos simples razonamientos: ¿será que entre tanta cosa, tanto cambio, no tuve tiempo de sentarme a poner un poquito las cosas en claro y volcarlas en un papel? o, quizás ¿será que hubo tantas cosas feas en este tiempo que es preferible ni gastarse en escribirlas? Realmente no sé. No importa demasiado, tampoco. Lo único que sé es que escribir me hace bien para acomodar un poco las ideas dentro de mi cabeza, que cada tanto necesita ayuda para deshacerse de su desorden cotidiano.
No quiero excederme demasiado y perder la intimidad, como lo hacía con mi blog anterior, pero quiero descargar un poco. Creo que va a ser bueno.
Así que acá me tienen otra vez. Un blog nuevo, porque realmente el que tenía antes me deprimía (demasiados acontecimientos malos metidos ahí adentro), y muchas ganas de volcar en algún lado las cosas que me hacen bien, mal, o simplemente ocupan su espacio dentro de mi cabeza. Si quieren leerme, bienvenidos, y si no, no me importa.
¡Ja, parece que me puse al día con la escritura! Y, a todo esto, se me hicieron las 2 y media de la mañana y cada vez me quedan menos horas para dormir, chau.

1 comentario:

  1. hubo un tiempo que mi blog quedo ahi medio abandonado, y la razón principal fue porque no me salía lo que quería decir, no sabía sobre que escribir, y tampoco quería ser tan explícita y contar todo lo que me pasaba, porque el blog pasa a ser despues como un relato de tu vida y tampoco quería que cualquiera supiera lo que me pasaba.
    uh ya escribi mucho me parece, en fin, al punto que iba es que no dejes de escribir nunca, todos pasamos por esa etapa en la que no sabemos sobre que escribir, o si sabemos, pero nos cuesta volcarlo al papel y todo lo que podemos llegar a escribir no nos gusta.
    las palabras van y vienen, y la inspiracion que uno necesita o quiere llega sola

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